Esta es una realidad para muchos, especialmente quienes viven bajo el estresante ritmo de la ciudad.
Para sentirte descansado no basta con tirarte en la cama y perder la conciencia. Mientras tú duermes, tu cuerpo inicia un proceso de mantenimiento, tus músculos son reparados del desgaste diario, tus ojos se humectan y tu mente inicia un proceso donde almacena el día anterior y deja espacio para procesar el día siguiente.
Si alguno de estos procesos se ven interrumpidos, te despertaras con dolor o con la sensación de que no has descansado ni un poco y esto es porque efectivamente no has descansado.
Ahora enlistamos algunas de las alteraciones más comunes que te impiden tener un sueño reparador:
Estrés: Este es el principal factor que desencadena el insomnio y otras dificultades para conciliar el sueño, trata de tener una rutina de relajación antes de dormir.
Ruidos: Contaminación acústica esto se refiere al ruido del exterior, elimina todos los ruidos del cuarto donde duermes.
Malos hábitos: hacer ejercicio antes de dormir, hacer cenas abundantes, tomar alcohol, tabaco o café antes de ir a la cama, etc.
No ser regular en los horarios de dormir y de levantarse: Un mal hábito que hace que el cuerpo humano no pueda desarrollar un buen ciclo de sueño.
Problemas respiratorios: Se conoce como apnea del sueño y es cuando dejas de respirar por breves momentos durante el sueño. Consulta con un otorrinolaringólogo para atenderte
Sobrepeso: El sobrepeso en sí mismo no causa problemas de sueño, pero es precursor de muchos padecimientos si lo provocan.
Presta atención a estos puntos y si te identificas con al menos uno de ellos corrígelo para que incremente tu calidad del sueño.